DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL.

10 de octubre de 2022, por Pablo González López.

 

En su Constitución de 1946, la OMS definió la salud como un “estado de completo bienestar físico, mental y social”. Con esto se distanciaba de cierta comprensión, muy difundida por aquel entonces e incluso aún en la actualidad, según la cual las únicas enfermedades reales o importantes serían aquellas con una clara base fisiológica. Además, en este mismo documento se ponía ya de relieve la vinculación de la salud (en este sentido amplio) con el desarrollo internacional, argumentando que esta es “una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad”.

La salud mental es hoy en día una cuestión imperante a nivel mundial. Basta con decir que, según la OMS, el suicidio es la cuarta causa de muerte más habitual en las personas de entre 15 y 29 años a nivel global. Sin embargo, y a pesar de que tan sólo las condiciones de depresión y ansiedad ya suponen para la economía global un gasto estimado de 1 billón de dólares estadounidenses, el gasto medio del presupuesto sanitario que los gobiernos de todo el mundo dedican a la salud mental es inferior al 2%.

Por todo ello, esta misma agencia asociada a NN. UU., junto con la Federación Mundial para la Salud Mental, estableció la fecha del 10 de octubre como una jornada anual para sensibilizar sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar así mayores esfuerzos hacia su resolución. Cada año, la fecha viene acompañada de un lema diferente que incide en algún aspecto relevante o señala una dirección general a seguir, siendo el de este 2022 el siguiente: “que la salud mental de todos sea una prioridad mundial”.

Este año, además, se presenta la oportunidad de reflexionar y hacer balance sobre el impacto que ha tenido la pandemia de la COVID-19 en la salud mental. Algunas primeras estimaciones señalan que tras esta se ha producido un aumento de más de un 25% en los casos de ansiedad y depresión, al mismo tiempo que los servicios de tratamiento quedaban en muchos casos paralizados.

Ante esto, queda ver si la acción de los gobiernos puede solventar las adversidades y dotar a sus sociedades de unos mecanismos de atención a la salud mental más resilientes y preventivos. En este sentido, cabe mencionar que todos los Estados Miembros de la OMS se han comprometido a aplicar el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, en el que se formula la siguiente visión de futuro:

“un mundo en el que se valore, fomente y proteja la salud mental, se prevengan los trastornos mentales, y las personas afectadas por ellos puedan ejercer la totalidad de sus derechos humanos y acceder de forma oportuna a una atención sanitaria y social de gran calidad y culturalmente adaptada que estimule la recuperación, con el fin de lograr el mayor nivel posible de salud y la plena participación en la sociedad y en el ámbito laboral, sin estigmatizaciones ni discriminaciones”

 

Relación con los ODS.

La salud mental se encuentra claramente relacionada con en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3, referente a la “salud y [el] bienestar”. Como ya vimos, sin salud mental no puede haber una verdadera salud y/o bienestar tanto a nivel individual como social. La Asamblea General de las Naciones Unidas, consciente de ello, incluyó en este ODS una meta (la 3.4) en la que menciona explícitamente su compromiso con esta cuestión: “reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento y promover la salud mental y el bienestar”.

 

 

Para saber más…

OMS, 2022. Informe mundial sobre salud mental: Transformar la salud mental para todos. [En línea]
Disponible en: https://www.who.int/es/publications/i/item/9789240050860

OMS, 2022. Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030. [En línea]
Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/357847/9789240050181-spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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