VIVIENDO LOS DOS ESPÍRITUS.
11 de octubre de 2022, por Pablo González López.
Desde el IUDC, como cada año, se sigue apostando por la organización de actividades de interés y comprometidas con el desarrollo de la sociedad. En esta ocasión, el Instituto ha propuesto y co-organizado una conversación sobre los derechos nativos LGBTQIA+ en Canadá. Fue el pasado jueves 6 de octubre que, gracias a estos esfuerzos, tuvimos la oportunidad de recibir en el Círculo de Bellas Artes de Madrid a John Sylliboy, activista pro derechos LGBTIQA+ en Canadá, miembro de la población indígena de Mi’kmaq y director ejecutivo de la Wabanaki Two-Spirit Alliance (W2SA). La W2SA es una agrupación de voluntarios, investigadores, académicos y knowledge holders que trata de representar el bienestar y los intereses emocionales, espirituales, mentales y físicos de las personas Two Spirits e indígenas LGBTIQA+ en el territorio Wabanaki.
En la ponencia, tras una breve presentación e introducción de los demás invitados (Manuel Ródenas, coordinador del Programa LGBTI de la Comunidad de Madrid y presidente de la Asociación de Abogados y Abogadas Contra los Delitos de Odio; Esteban Sánchez Moreno, director del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la UCM; y Wendy Drukler, embajadora de Canadá en España), John Sylliboy trató sobre la importancia de la cultura y el conocimiento indígena en la actualidad. Como nos advirtió él mismo, no se trata de romantizar a este pueblo indígena ni de preservar su cultura como si fuera algo meramente del pasado, sino de comprenderlo como una realidad del presente con sus retos y peligros, que se encuentra siempre evolucionando en su relación con el entorno.
Precisamente por ello, es ineludible que hablar de este conocimiento indígena conlleve hablar de colonización y la subsiguiente pérdida del mismo. En este caso, según nos relató Sylliboy, fueron los franceses quienes, tras su llegada al territorio Wabanaki, introdujeron importantes reformulaciones de todo este conocimiento desde una perspectiva eurocéntrica. Muchas de las prácticas pre-coloniales habituales fueron marginalizadas, por ejemplo, las prácticas sexuales no heteronormativas. Lo que pretende John Sylliboy y la agrupación W2SA que él mismo dirige es recuperar parte de ese conocimiento porque cree que podría contener respuestas para nuestro mundo actual. No pretende conocerlo todo: hay elders en la población indígena que tienen mucho conocimiento sobre los peces, otros sobre los árboles de su tierra…, y él simplemente ha decidido explorar en profundidad el género y la sexualidad.
Y, según sus propias investigaciones, resulta que el lenguaje nativo es muy rico en este sentido. Por ejemplo, Sylliboy nos contó, de forma bastante natural y distendida, cómo en su idioma existe una palabra diferente para hablar de los testículos en función de si su temperatura era fría o caliente. En este sentido, Sylliboy considera que su misión es la de explorar la riqueza del lenguaje y emplearla como ayuda sexual: este conocimiento es importante no sólo biológicamente hablando, sino que la celebración de nuestra sexualidad es importante ya en sí misma.
Recuperar este conocimiento nativo, en definitiva, puede ayudar a muchas personas, indígenas o no, a comprenderse mejor a sí mismas. Sylliboy, según sus propias palabras, no es más que un mensajero de este conocimiento, pero es sólo de forma colectiva que este puede desenvolverse y desplegar sus potencialidades plenamente. Esto se ve muy bien en los encuentros que realizan desde la W2SA para usar y celebrar públicamente el idioma nativo. En ellas, por medio de historias orales, la población LGBTQIA+ indígena puede compartir sus historias y fortalecer así su identidad como comunidad, lo que para muchos de ellos es prácticamente equiparable a una medicina.
Con esta reflexión finalizó la ponencia de John Sylliboy, tras lo que la conversación se abrió y tanto Manuel Ródenas como Esteban Sánchez Moreno introdujeron nuevas temáticas al debate. Se planteó, por ejemplo, la cuestión del “proceso de reconciliación” en Canadá, con el que el Gobierno de este país está tratando de restablecer relaciones con las poblaciones indígenas. A esto Sylliboy respondió, en un primer momento, recordando que inicialmente las personas Two-Spirit no fueron incluidas en el proyecto, y que fue sólo tras la reclamación de esta comunidad que se rectificó el error. Según Sylliboy, se ha avanzado mucho en cuestión de derechos LGBT en Canadá, pero muchas veces se ignoran las experiencias indígenas y no se produce un flujo de conocimiento real y efectivo entre una y otra parte. Así, también cuenta cómo lo mismo puede decirse en el sentido contrario, pues buena parte de la comunidad indígena ignora los recursos que provee el Gobierno de Canadá para la población LGBT. El problema, indica John, es que no se habla en el mismo idioma y, por ejemplo, el sistema sanitario canadiense al completo está construido en un idioma que la comunidad indígena no habla.
En definitiva, lo que queda claro tras escuchar a John Sylliboy es que tanto desde Canadá como desde el resto del mundo es posible enriquecerse mucho gracias a este conocimiento indígena que tan desconsiderado ha sido durante tantos cientos de años. No sólo es nuestro deber escuchar a las poblaciones indígenas y reconsiderar la relación que mantenemos con ellas, así como actuar y poner en valor sus ricas idiosincrasias; también es nuestra oportunidad para aprender nuevas cosas sobre algunos aspectos de nuestra propia realidad que, como el género o la sexualidad, podrían beneficiarse de la adopción de puntos de vista alternativos.